INNOVACIÓN SINDICAL ha visitado este sábado Santiago de la Espada para reunirse con trabajadoras de ayuda a domicilio y explicar la estrategia para afrontar los problemas históricos del sector en la zona y anunciar el inicio de una campaña para que la jubilación de las auxiliares de ayuda a domicilio y gerocultoras de residencias sea como máximo a los 60 años
03/09/2022
El día de hoy sábado, ha sido el escogido por INNOVACIÓN SINDICAL para cruzar la provincia y dar el pistoletazo de salida a un objetivo clave para la organización como es adecentar el servicio de ayuda a domicilio en la zona de la Sierra de Segura, ya que tiene todos los problemas inherentes al sector más los propios de la zona derivadas de grandes distancias en la prestación de servicios que genera un hándicap añadido para las trabajadoras, la imposibilidad de conciliar y, especialmente, la exposición a riesgos de accidentes in itinere.
Francisco Cantero, Secretario General de INNOVACIÓN SINDICAL, se manifiesta «muy contento con la acogida de las compañeras y, sobre todo, por su receptividad. Hemos venido a Santiago de la Espada con sus problemas bien estudiados para explicar la estrategia a seguir, porque esto no va de discursos, va de trabajo. Existe un problema de financiación en el sector que acaba repercutiendo en todas las trabajadoras pero, más aún, en las de esta zona con las grandes distancias que tienen que recorrer y asumir las trabajadoras para prestar los servicios»
INNOVACIÓN SINDICAL ha querido tener un gesto con unas trabajadoras que expresan decepción con el movimiento sindical y ser en Santiago de la Espada donde se anuncie por primera vez el lanzamiento de una campaña para exigir que las auxiliares de ayuda a domicilio y las gerocultoras de residencias se jubilen como máximo a los 60 años. Francisco Cantero explica que «la tremenda carga física al manejar a personas usuarias con reducida movilidad, la emocional de estas trabajadoras al tratar a personas en muchos casos en decadencia, y la precariedad que sufren hace inaceptable que se jubilen con 65 años o más. La sociedad tiene una deuda con estas trabajadoras y hacerlas trabajar después de los 60 años es convertir su trabajo en algo muy penoso»